Saturday, 29 January 2011

Mi no entender

No es difícil darse cuenta de que los españoles no somos precisamente los masters del inglés. Sólo unos pocos (poquísimos más bien) se plantan en Londres a buscar trabajo con un nivel digno de ser contratado para un puesto relacionado con sus estudios, o lo que llamaríamos "de oficina". El resto, llegamos aquí con un nivel nacionalmente conocido como "me defiendo", que es tan subjetivo como incierto muchas veces. La verdad es que el hecho de no tener ni puñetera idea de inglés es un handicap que aporta un valor añadido: La aventura.

Yo llegué aquí con un nivel de First Certificate, que no está nada mal para buscar trabajo en España, pero cuando llegas aquí la cosa cambia. Tú crees que sabes algo, hasta que te topas con un inglés (de los de verdad) en mi caso, tu jefe. La polaca que te hizo la entrevista, a la que entendías casi perfectamente, ha desaparecido y te ha dejado sola ante el peligro. Pues viene tu jefe y en vez de decirte "Jelou, jau ar yu?" (que es lo que te enseñaron en el colegio), te dice algo como "Ei der yuroai?" que para los que no lo entiendan es nuestro "Jai, dear, ar yu olrait" pero con la boca llena de fish and chips. Entonces, después de oir eso, a mi solo se me ocurrió decir "¿Ein?".

Así empezó mi aventura, dándome cuenta de que había estado estudiando inglés doce años de mi vida para no poder entender ni cuando alguien me preguntaba que qué tal estoy... ¡Viva el sistema educativo español! Y lo peor todavía estaba por venir.

Son muchas las anécdotas causadas por los malentendidos que me han ocurrido, a mí, y a muchos de los españoles que conozco. Ahora mismo me viene a la cabeza la de una chica de Barcelona que trabajaba en una cafetería y a la que un cliente le pidio: "Can I have a coffe? Cheers (que se usa para decir gracias y para brindar)" Y ella le puso un café con un tranchete de queso. U otra que tenía sed y le dijo a su jefe: "Oh, I'm so dirty" en lugar de thirsty. 

El hecho de tener una pareja cuya primera lengua sea el inglés, como en mi caso, ayuda mucho a la hora de practicar el idioma (ahí había un chiste fácil pero lo he intentado evitar), pero puede ser peligroso algunas veces. Los malentendidos y las discusiones asistidas por un diccionario, no sólo son ridículas sino que hace que tengas todas las de perder. "You are a... hold on a second...mmm....wait....joder!" Con él precisamente tuve uno de los malentendidos que considero más graciosos. Un día que se quedó a dormir en mi casa, yo me fui a trabajar antes que él (en el horario de los pobres) y al medio día me llama y me dice: "I finished your milk and I grabbed a pair of socks" a lo que yo entendí, no se cómo, "I finished your milk and it really sucks (dar asco)"  Por lo que pensé que insinuaba que mi leche estaba caducada, y me empecé a irritar, "No puede ser porque la compré ayer" y él pensándose que era una rancia y egoista me decía: "pero si sólo quedaba un poquito..." Así media hora hasta que nos dimos cuenta de que no hablábamos de lo mismo.

La cuestión es que siempre dicen que los españoles y los italianos hablamos muy mal inglés, ellos dicen que puede ser porque nuestros acentos son muy marcados y es difícil cambiarlos. Yo pienso que no tiene nada que ver, los acentos son bonitos y característicos de cada lengua. Puedes tener el acento español más marcado del mundo y hablar un inglés perfecto. El problema es la educación, bueno, la mala educación y también la manía de traducir todas las películas y series nuestras lenguas que no nos ayuda nada. De todas formas cada vez que un inglés dice: "Los españoles hablan muy mal inglés" yo pienso "Pues mejor que tú el español, el italiano, el catalán, el alemán, el francés...."

Wednesday, 12 January 2011

Odiseas en el London Underground

La ciudad de Londres nos está preparando muchas sorpresas para este año 2011 que acaba de empezar. La primera sorpresa que me llevé nada más aterrizar después de mis vacaciones de Navidad, bueno, nada más aterrizar y después de esperar más de media hora a salir del avión, patear como una campeona  por los pasillos infinitos de Stansted, hacer una cola de 45 minutos para el control policial, esperar media hora más hasta que salió mi maleta, hacer otra cola de 20 minutos para coger el bus de Terravision cargada como una burra, una hora de bus hasta Liverpool Street Station y esperar unos15 minutos al bus que me lleva a mi casa. Pues después de todo eso, me dice el señor "autobusero" (en inglés, claro): 'Ya no son 2, son 2,20, la vida sube señorita'.

Por si os quedaba alguna duda, Londres ha sido declarada oficialmente la ciudad con el transporte público más caro del mundo. Para los que nunca han estado aquí, voy a explicar un poquito como funciona para que os hagáis una idea.

La ciudad de Londres se divide en zonas concéntricas, más o menos como una diana. La zona centro es la zona 1 y la línea de metro que más lejos llega, termina en la zona 9. Pues recargar la tarjeta de metro, la famosa Oyster, sólo para viajar por la zona 1 y 2 durante una semana, cuesta a día de hoy 27,60 Libras, lo que viene a ser, también a día de hoy, 33,14 Euros. Y por estos precios el servicio debería de ser maravilloso, vamos que deberían tener asientos reclinables, abanicarte y casi servirte copas de cava. Pues la realidad, por supuesto, es muy distinta.

En el ranking de cosas que odio de esta ciudad, por encima de la lluvia y trabajar de camarera, está el metro. Y es que la odisea que supone cada mañana llegar a trabajar no es apta para los nervios de cualquiera. La línea de metro que yo utilizo es una de las más concurridas, y por las mañanas pasa un tren cada minuto. Contando que tiene casi 50 paradas y que generalmente cuesta más de un minuto llegar de parada a parada, entre los de ida y los de vuelta, calculo que tiene que haber aproximadamente unos 100 trenes circulando a la vez, sólo por esta línea. Cien trenes tan llenos de gente que cuando cierran las puertas parece que vamos empaquetados al vacío. Hasta aquí todo bien, pero de repente llega un gracioso 12 paradas por delante de ti y se le ocurre desmallarse, y otro más gracioso todavía piensa que se va a morir y aprieta la alarma de emergencia. Entonces se desata el caos. No sé cuantos cientos de miles de personas al vacío esperando a que se restablezca el tráfico... Pues una de estas, casi cada mañana. Y cuando ves que vas a llegar más de media hora tarde y estás intentando relajarte para no sacar un hacha y acabar con las demás "sardinas" de tu vagón, se oye por megafonía: "There is a good service operating on all London Underground lines"... y piensas '¡Mañana, por mis muertos que me traigo el hacha!'.

A parte de las 5 huelgas que ha habido en los últimos meses que perjudicaron a millones de personas, cada fin de semana cierran muchas de las líneas por obras porque todo tiene que estar perfecto, increible y divino para los Juegos Olímpicos del 2012. Esta es la principal razón por la que han subido los precios un 33% este año en los trayectos sencillos. 


Si viajas en bus ten cuidado, cambian las rutas a su antojo y a veces te dejan tirado a mitad de camino dándote como única explicación que 'la línea se acaba aquí'. Por lo que tienes que bajarte, esperar al siguiente bus y si no tienes Oyster, pagar 2,20 otra vez.

La impresión que yo tengo es que la red de  transportes y concretamente la de metro se ha quedado pequeña para una ciudad tan transitada. Los estrechos y viejos túneles del metro de Londres, literalmente se embozan de viajeros cada día y no dan abasto para dar un buen servicio a tanta gente. Sé que muchos estaréis pensando que en todas las ciudades se satura el metro en hora punta y que no es algo especial de Londres. Si, es verdad. Pero puedo decir que no es que me haya recorrido el mundo para poder comparar, pero he vivido dos años en Barcelona, he vivido casi toda mi vida en Zaragoza (que no tiene metro y eso hace que viajar en los buses sea una pesadilla) y he estado durante dos meses en Nueva York, y nada comparado con el desastroso funcionamiento del transporte de Londres, del transporte más caro del mundo.

Sunday, 2 January 2011

London Fashion: ¿Y tú de quién eres?

Ahora que estamos en época de rebajas he decidido pegar un repaso a las tendencias de urban fashion londinenses. Siempre he pensado que la gente rara y extravagante es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, a mí en concreto fue una de las cosas que más me llamó la atención. Londres es un pastel de culturas, religiones, subculturas, tribus urbanas y diversidad en general, por lo que no es difícil encontrarte algunas veces "personajes" casi de ficción. Dejando a un lado los más raros. voy a describir los grupos o las tendencias que más llamaron mi atención.

LAS "GOSSIP GIRLS"
Es mi particular forma de llamar a las chicas que van de boda cada viernes y sábado del año. Llevan vestidos más cortos que la "picha" de un Playmovil, zapatos de tacón de aguja de entre 10 y 15 cm., bolsos de lentejuelas y suelen tener la piel morada en invierno porque nunca llevan medias ni chaqueta. Abarrotan los clubs posh fashion y gritan cada vez que ponen sus canciones preferidas. A las ocho de la tarde puedes ver a las más jóvenes espatarradas por los suelos en mitad de la acera con los zapatos en la mano.

LOS HIPSTERS
Más conocidos como "modernos" en España, en Londres son una invasión y se mueven sobretodo por las zonas de Brik Lane y Shoreditch.
Esta subcultura nació en los años 40, con ella se identificaban jóvenes con inquietudes culturales y sociales como la música alternativa y el cine independiente, ideología política izquierdista y desligados de la moda y el consumismo. Lejos de lo que representa la realidad de hoy que en mi opinión sólo son gente obsesionada por seguir la moda de lo que supuestamente no está de moda, sólo por llamarse alternativo.
Los hipsters compran su ropa en mercadillos de segunda mano y la mezclan con ropa de marcas "alternativas", conducen un tipo de bici específico llamado hipster bikes con una sola marcha y los manillares muy cortos. Se compran cámaras de fotos carísimas que la leyenda dice que usan en automático porque no las saben utilizar y el peinado oficial de las chicas es un moño alto mal hecho a conciencia.


LOS VINTAGE
Se mueven por las mismas zonas que los hipsters y a veces se pueden llegar a confundir, pero estos visten literalmente como mi abuela de soltera. En Brick Lane Market hay una sección entera dedicada a ropa de segunda mano como decía una amiga mía, de la época de "cuando los moros atacaban con piedras". Y ahí es donde los vintage se dejan el jornal comprando ropa apolillada a precio de nueva.

LOS CIBERNÉTICOS
Es más difícil encontrátelos por la calle, porque casi todos están trabajando en la tienda cibernética por excelencia Cyberdog en Camden Town. realmente es digna de ver y admirar por los artículos curiosos que vende, las luces fluorescentes, el DJ pinchando en vivo, los robots gigantes de la puerta, los gogos bailando y lo mejor de todo, las dependientas. Siempre me pregunto si se disfrazan cada día para ir a trabajar o los de la tienda hicieron un casting tan currado que ni Javier Cárdenas encuentra a freaks de tal calibre.

LOS ÉTNICOS/RELIGIOSOS
Ya he repetido mil veces que Londres es una ciudad muy rica en diversidad cultural y personas de todas las nacionalidades, religiones y culturas conviven juntas día a día. Muchas personas mantienen la forma de vestir tradicional de sus países y no sólo hablo de burkas y turbantes. Por las calles puedes encontrar a gente vestida con los trajes típicos de India, con túnicas africanas de colores llamativos, también a judíos ortodoxos con los gorros negros y las patillas de tirabuzón, y los que más llaman la atención, los Hare Krishna, que se pasean bailando y cantando por el centro de la ciudad vestidos de naranja butano y con la cabeza rapada.

Seguro que me he dejado a muchos grupos por el camino, pero estos son los que a mí más me han chocado siempre. La verdad es que me alegro mucho de vivir donde vivo y de poder disfrutar de estas cosas viviéndolas en primera persona, al fin y al cabo "en la variedad está el gusto".