Wednesday, 21 September 2011

Para ser un inglés de primera...

En otros post ya he hablado de comportamientos curiosos que tienen los ingleses, de su manera de vestir, de su comida, sus tradiciones navideñas etc, pero nunca había hablado sobre sus códigos de conducta en lo que a relaciones sociales se refiere.

La verdad es que en estos últimos meses he pasado más tiempo con ingleses que en los dos años y medio que llevo viviendo aquí, el haber cambiado de trabajo (que para los que no lo sepan soy una orgullosa becaria en una agencia de publicidad... por fin) y el hecho de que mis amigos españoles salieron pitando en estampida cuando llegó el verano, me ha dejado sin otro remedio que hacer amigos ingleses. Y para que os hagáis una idea, lo que escribo en el blog es inversamente proporcional a lo que bebo durante la semana.


Mi primera observación vino de la mano de un malestar y una rara incomodidad que inexplicablemente me sacudían cada vez que me presentaban a alguien por primera vez, y no sabía que hacer. Hay gente que te da la mano, otros un beso, otros te dan dos y se ríen diciendo "haha Spanish", otros te dan un abrazo, otros te saludan de lejos... Así que empecé a preguntar qué se tenía que hacer en cada caso, y me encontré con que nadie lo sabe. Para ser Inglés hay que ser torpe presentándose, si tu vas con toda la seguridad, te plantas y haces algo claramente definido, lo que sea, es que no eres inglés. Así que si quieres ser uno más, te tiene que quedar la maniobra más o menos así: "ahora le doy la mano... mierda que se me acerca mucho, ¿que hago? ¿un beso o dos?, dos, le doy dos... mua... mierda que se separa y yo ya iba hacia el segundo, ¿que hago? ya esta, le estiro de la mano y me lo vuelvo a acercar... ostras ¿y ahora por qué me abraza?... bueno ya vale, me separo y sonrío".

Otra de las cualidades que define lo que llamaríamos "Englishness" es la santa paciencia que tienen para algunas cosas. A los ingleses les encantan las colas, hacen colas para todo, para entrar en el metro, para salir, para subir, para bajar... Aunque algunas veces, desde mi punto de vista, no haría falta una cola, ellos se cuadran en linea por si acaso; y lo mejor de todo es que nadie... nunca... jamás... empuja. Se toman muy en serio lo del "Keep calm and carry on" y van todos pasito a pasito hasta que la aglomeración se disuelve. Otro ejemplo admirable de paciencia es cada vez que el metro se queda parado por las mañanas en mitad del tunel y una voz rasposa anuncia por megafonía "Por problemas técnicos en la estación de Bank, permaneceremos parados unos minutos, esperamos poder continuar lo antes posible" y de repente ves unas cuantas caras que se levantan buscando miradas de complicidad, bien porque no se han enterado de lo que han dicho, o bien para manifestar su cabreo a traves de gestos de nerviosismo. Todos los demás, los que siguen leyendo el periódico sin cambiar ni una pizca la expresión de la cara, los que parece que no se han enterado, pero sí se han enterado y mejor que nadie, esos son los ingleses.

Si quieres quedar con ingleses tendrás que hacer cosas. Quedar para no hacer nada, que es el deporte rey en España e Italia, no les mola. En este aspecto puede que los americanos sean aún más exigentes que los ingleses, pero en general, no le pidas a un inglés que quede contigo si no tienes un plan organizado y definido o si no tienes ganas de beberte hasta el agua de las macetas en su defecto. La cultura de quedar por quedar, de estar con tus amigos en el bar de siempre comiendo los panchitos de siempre y viendo pasar a la gente de siempre, no les parece molón. Pero si les dices: "oye, que he pensado que podríamos ir a un parque a hacer un pic-nic disfrazados de los personajes de Shreck, que aunque llueva a chuzos, ya parará" se apuntan los primeros. Si no te apetece montar un circo, pero quieres quedar un rato con gente el "vamos a beber que he tenido un día de mierda" también les va bien.

Para un español, como veis, no es fácil hacerse el inglés, siempre hay cosas que nos diferencian culturalmente y que no son fáciles de cambiar. Y lo más difícil es precisamente lo que todos intentamos cambiar cuando venimos a Inglaterra, el acento. Lo más ridículo del mundo es un español intentando poner acento inglés, sobre todo si el nivel que tiene no es demasiado alto. En España puede funcionar para impresionar a tu colega de turno, o a tu prima la Mari que no acabó el instituto, pero aquí en Londres no se la das con queso a nadie. Ya son varios los ingleses, australianos y americanos que me han dicho cosas como: "el acento español me encanta, pero cuando los españoles intentan fingir el acento inglés es lo peor, ni suena inglés, ni suena español... suena mal".
Así que, aunque mi novio me dice que yo lo hago inconscientemente cuando hablo con gente importante (yo creo que no, pero bueno), llevo con mucho orgullo mi pegatina en la frente de "Aim Espanis, Jau ar yu".